martes, 29 de diciembre de 2015

fantasmagorías

Pasado el tiempo, alguien se pregunto, a donde fue a para Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris.

Dicen que los fantasmas son los que se quedan rondando un único evento o un único lugar. Son como hologramas que repiten una y otra y otra vez lo mismo. Una sombra cruza un pasillo; un llanto de mujer nos perturba en la noche; un sonido de pasos se siente cada 30 de marzo. 

Los vivos también tienen este tipo de iteraciones, aunque estas son al ir y venir de la nostalgia, la depresión, la alegría, la obsesión, la rutina dictada del rito, etc. Parados también en el fin de un ciclo, o muchos ciclos después, recuerdan lo que quedó atrás y tienen actitudes como volver a buscar la casa del amad@ hace tiempo perdido, o a revisar  cartas, fotos (romántico anacronismo, ya que ahora revisarían los mails o los posts en el muro de facebook), etc. 

Aquella a la que se dedicó este blog hace tiempo ya no esta en mi vida. Nada sé de ella: como esté, su peso y su figura, estado civil, me son desconocidos; podría estar de viaje, muerta o en cinta ...  Mirando objetivamente, no debió ser merecedora de mis exiguas capacidades de escritor y poeta, pero lo fue. Hay gente que sin quererlo o merecerlo, pasan a ser puntos de inflexión en la biografía de otros, aunque pasen efímeras por la vida. Supe de un caso en que en una fiesta beoda, alguien trabo una conversación con otra persona, que le habló en algún punto de filosofía. Esa conversación, que no habrá durado más de 1 hora, precipitó su destino: no volvió a ver nunca más al interlocutor, que abandonó la fiesta en un delirio ebrio-agresivo, pero dicho interlocutor lo empujo a la vocación que mereció 4 años en la escuela de humanidades y un postgrado. 

Ahora amo a otra mujer, y llevo 2 años conviviendo con ella.  Si las comparo, ese retazo efímero de lluvia y sexo (satisfactorio pero poco abundante) y caricias y desilusiones, con la duración corta de 3 meses, no esta a la altura, pero esa es la mirada del amor, que al final es la mirada del corazón y no de los hechos. Aquella que ahora amo, ha vivido una vida más rica en experiencias felices o desventuradas, y en resumidas cuentas, ya que los años pesan, alguien en la medianía de la treintena es mucho más que alguien en la medianía de la veintena. Desearía que la que quedó atrás también hubiese encontrado la felicidad en la forma que a ella más le conviniera. Quisiera que se acordara bien de mí, aunque sé que eso no es algo probable... Quisiera que en ese encuentro fortuito, en vez de azorarse y seguir de largo como si yo fuese transparente, hubiese tenido el gesto de toda persona educada de saludar: "¿Como estás?... Qué bueno, me alegro mucho... Tengo que hacer, que estés bien, suerte" . Sin afectarme mayormente,  fue un desliz feo. 

Senora/ita CAS: ud. precipitó el inicio de la crisis que mi vida necesitaba. La obra se  retomó poco más de un año después, y los lazos con ese pasado torvo, impertinente, inepto en el querer y eficaz en el tormento constante de su acoso, quedaron deshechos de una vez y para siempre. Pero todo eso tenía que ponerse en marcha: por el simple hecho de haber aparecido y haber sido el primer acto de ese proceso, te debo agradecer. Otra ahora tiene mi afecto y llena las horas de mi vida, pero esa magia es harina de otro costal, y esta es una simple despedida.

Saludos finales y definitivos, 


Licencia de Creative Commons
fortunaimperatrixmundi by matias rivera baeza is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License. >